La importancia del hidrógeno verde

La descarbonización del planeta es uno de los objetivos que los países de todo el mundo se han fijado para 2050. Para lograrlo, la descarbonización de la producción de un elemento como el hidrógeno es fundamental, ya que actualmente es responsable de más del 2 % del total mundial de CO₂.2 emisiones.

El hidrógeno es el elemento más ligero y abundante, y constituye el 90% del universo. Puede producirse a partir de diversos recursos naturales, como el gas natural, la energía nuclear, la biomasa y energías renovables como la solar y la eólica.

Lo que hace que el hidrógeno sea tan importante es la diversidad de sus posibles usos. El hidrógeno verde —producido mediante la separación del agua en hidrógeno y oxígeno en un electrolizador, utilizando electricidad generada con energías renovables— puede expandir exponencialmente el uso de la energía solar y eólica. Actualmente, las energías renovables se utilizan para bombear energía a la red eléctrica, pero poco más. No se puede usar energía solar o eólica en un coche o un avión. Sin embargo, el hidrógeno verde producido con energía solar y eólica tiene el potencial para hacerlo.

Esta tecnología se basa en la generación de hidrógeno —un combustible universal, ligero y altamente reactivo— mediante un proceso químico conocido como electrólisis. Este método utiliza una corriente eléctrica para separar el hidrógeno del oxígeno del agua. Si esta electricidad se obtiene de fuentes renovables, produciremos energía sin emitir dióxido de carbono a la atmósfera.

El hidrógeno verde es de gran importancia para reducir las emisiones de carbono y mejorar la calidad del aire. Además, presenta muchas ventajas dignas de mención:

• 100 % sostenible: el hidrógeno verde no emite gases contaminantes ni durante la combustión ni durante la producción.
• Almacenable: el hidrógeno es fácil de almacenar, lo que permite utilizarlo posteriormente para otros fines y en momentos distintos a los inmediatamente posteriores a su producción.
• Versátil: el hidrógeno verde puede transformarse en electricidad o gas sintético y utilizarse con fines domésticos, comerciales, industriales o de movilidad.
• Transportable: puede mezclarse con gas natural en proporciones de hasta un 20 % y circular por las mismas tuberías e infraestructura de gas; aumentar este porcentaje requeriría modificar diferentes elementos de las redes de gas existentes para hacerlas compatibles.